Bajo este curioso título podemos encontrar la obra póstuma de Bukowski. Se trata de un diario de sus últimos años donde se narra, como siempre en primera persona, el día a día de una persona que ya no vive tan al límite como en otros tiempos (ahora está casado, tiene una casa, un buen coche, un jacuzzi...) pero sigue manteniendo la esencia de su escritura. Cambian los escenarios, los protagonistas, pero el estilo sigue siendo reconocible.
Por otro lado, al tratarse de un conjunto de capítulos inconexos entre sí, resulta menos ameno que otros, aunque es una buena manera de ocupar breves ratos libres, ya que la lectura es rápida.
En resumen: un libro imprescindible para los seguidores de las andanzas de Hank, aunque no lo recomendaría como primera lectura del autor.
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